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martes, 24 de noviembre de 2009

TRES CUENTOS BREVÍSIMOS / Javier Aviña Coronado


LA OTRA CREACIÓN

Con clara, perversa visión de futuro, el primer día creó a los Políticos; el segundo los Mensajes Spam.

El tercer día a los Economistas Neoliberales.

Inventó las Tarjetas de Crédito el cuarto día.

Creó el quinto día los Reality Shows; el sexto día las Hamburguesas y los Hotdogs.

Complacido de su perversidad, cansado por el esfuerzo, el séptimo día el diablo también descansó.


LLUVIA

Empezó a llover.

“No importa, al ratito escampa”

Eso dijo, el tal Noé.


ANTÍTOSIS

Por fuentes bien informadas se ha sabido que, en realidad, “X” todavía no despierta y el dinosaurio ya se fue.


AUTOR: Javier Aviña Coronado
PAÍS: México
EDAD: 71 años

Dancing in the Dark / Fred Astaire, Cyd Charisse

sábado, 21 de noviembre de 2009

EL TONTO LARIO / Roberto Cruzpiñón


Un cazador de lagartos lo encontró en el pantano y lo llevó al Hospital Civil del pueblo. Los médicos que lo examinaron dijeron que tenía seis días de nacido y que no mostraba deterioro de sus signos vitales. Fue hallado flotando en aguas fangosas, sin que mostrara en su cuerpo huellas de mordidas de alimañas o piquetes de moscos.

Su sobrevivencia en condiciones tan agresivas, fue siempre un misterio. La gente inventó todo tipo de explicaciones. La más simple argüía que alguna madre lo abandonó para ocultar su maternidad. La más fantasiosa, afirmaba que había caído de una nave extraterrestre.

Como no fue reclamado por nadir, una pareja sin hijos, lo adoptó legalmente. El niño creció sano, pero algo debió haberle afectado su permanencia en el pantano, porque mostraba signos de retraso mental. Su lento aprendizaje, no le permitió asistir a la escuela oficial y creció como el tonto del pueblo.

Mientras sus padres vivieron, el niño no tuvo problemas para subsistir. Al morir ellos, nadie quiso cuidarlo y vivió como un niño abandonado, en la calle. Rondaba y dormía cerca de los mercados, recogiendo desperdicios para alimentarse.

El pueblo se acostumbró a él, porque su carácter dócil y sumiso no provocaba trastornos. Rehuía a la gente y ambulaba por las calles ensimismado. En la noche, dormía en algún lugar oculto. En el día, acostumbraba senttarse en un rincón de la plaza principal, sin molestar, jugando con sus manos o acariciando su mejilla. Su cuerpo era vigoroso y saludable. Llamaba la atención su piel blanca y sonrosada, su cabello claro y el azul profundo de sus ojos.

- Sus padres habrán sido unos de esos ingleses o gringos que vivieron aquí hace tiempo.
- Es de otro planeta.

Así pasó el tiempo y Lario El Tonto, fue una figura decorativa.
A veces, los niños, le jugaban bromas señalándolo y gritándole “tonto”, pero no convivían con él por su comportamiento huraño.

Tan anodino era, que pocos se percataron del cambio que experimentó Lario en su conducta. Cuando se sentaba en el rincón de la Plaza principal, ya no jugaba con las manos. Ahora se entretenía mirando las revistas infantiles que recogía en la basura. Las hojeaba con detenimiento.

Eso fue poco antes de aquel Día del Niño, en que las escuelas celebraron, por primera vez en la plaza, un concurso de disfraces. Hubo niños ataviados como los personajes de la Guerra de las Galaxias, de Batman, de los Power Rangers, de Mandrake, de casi todos los héroes infantiles de las titas cómicas.

Construyeron, en uno de los lados de la plaza, un gran templete de madera, donde los niños desfilarían para la premiación en presencia de padres, de abuelos, de autoridades, de maestros.
Uno a uno desfilaron los niños disfrazados, mientras los jueces anotaban en sus hojas. Lario, también. Alguien le había obsequiado el traje con que se vistió.

Tímido, al principio, escuchó los aplausos trepado en el templete. Reconocido, todos le aplaudieron entusiasmados. Tal vez quisieron darle la muestra de cariño que nunca tuvieron con él. De pie, en medio del templete, no se movía. Parecía que miraba a los ojos de cada una de las personas. De pronto, alzó el brazo derecho, se inclinó, saltó y se detuvo en el aire. Se elevó lentamente. Dio dos vueltas a la plaza, ante la mirada atónita de la gente. Voló hacia el cielo. Y el tonto Lario, disfrazado de Supermán, se perdió en el infinito.

AUTOR: Roberto Cruzpiñón
PAÍS: México
EDAD: 76 años

JORGE LUIS BORGES / La Ceguera

CUENTECITO BUROCRÁTICO / Gilberto Novelo Rodríguez

Cualquier coincidencia con algún parecido es la pura realidad


Don Acrimonio sentía ya pasos en la azotea, a sus 70 años no se había hecho estudio alguno de próstata, aunque sabía que con unos análisis de sangre de los llamados de “antígeno prostático” se podía detectar algún problema temprano, pero una sabrosa combinación de incuria con temor de que algo siniestro pudiera estar rondando en sus adentros, le había impedido tomar la decisión para hacerse examinar, hasta que una mañana en que se agarró descuidado, sin pensarlo mucho se dirigió a la oficina de archivos del hospital donde le correspondía ir como pensionado, para sacar ficha cada vez que necesitaba atención médica.

-Señorita, vengo a solicitar que se me haga un examen de antígeno prostático.
-Como no, ¿qué número de expediente tiene?
- Creo que el NR4.
- Déjeme ver… si, aquí está. ¿Ya lo vio el médico general?
- No, no he visto a nadie, pero precisamente, vengo a que me indique que procede para que me hagan el examen.
- Bueno, es que antes de hacerle cualquier análisis lo tiene que ver un médico general.
- Pues si es así, indíqueme día y fecha para venir a verlo.
-Uhmmm…Ahhh… es examen de antígeno, ¿Verdad?
-Sí señorita, examen de antígeno prostático.
-¿Sabe qué? Eso lo maneja Trabajo Social, tiene que ir a la esa oficina y ahí le atenderán.
- Muchas gracias, señorita.

Don Acrimonio comienza a barruntar que algo no anda bien, pero se dirige a la oficina indicada, toca la puerta y de adentro le indican que pase.

-Hola… buenos días, me envían del archivo para que me digan qué debo hacer para que me practiquen un examen de antígeno prostático.
- ¿Antígeno prostático? Eso no lo atendemos aquí.
-Bueno, eso me dijeron en archivo, es por eso que vine.

- No, creo que eso lo maneja medicina preventiva, venga conmigo, lo voy a llevar con el Dr. Martínez que es el encargado de esa sección.

La chica de trabajo social muy amablemente acompaña a Don Acrimonio (Quien comienza a levantar presión en las calderas de la irritación) hasta la sección de medicina preventiva, en ella se encuentra una guapa enfermera, la trabajadora social le explica que Don Acrimonio desea que le hagan un examen de antígeno prostático, la enfermera asiente en señal que ha comprendido, y la trabajadora social, una vez cumplido su cometido, se retira muy mona despidiéndose de Don Acrimonio.

Ahora la enfermera guapa se dirige a Don Acrimonio :

-Bien, lo que usted desea es que le hagan un examen de antígeno prostático, ¿No es así?

Don Acrimonio, cuyos setenta años le han dado una gran práctica para sonreír cuando está que hecha chispas, especialmente cuando está frente a una chica guapa, sonríe, concede, y por enésima vez confirma que sí, que lo que desea es hacerse el examen de antígeno prostático.

-Qué bueno que vino, es muy necesario que las personas de su edad se practiquen este tipo de exámenes simplemente como medida de prevención; por desgracia son pocos los que se acercan a nosotros y es una lástima, pues aquí en medicina preventiva podemos llevarle un récord continuo de sus exámenes y vacunas. ¿Tiene usted su cartilla nacional de salud?

-¿Mi cartilla de salud?
-Sí, mire, una como esta.
-Ah, sí, hace un par de años que vine al hospital me vacunaron contra la influenza y creo que la tengo en casa, ¿Debo traerla?
-Sí, la próxima vez que venga a consulta la trae por favor, en ella podemos llevar sus controles.
-Qué bueno…y a propósito…¿Me podrán poner la vacuna en esa próxima vez ?... creo que ya me toca.
-Uhmmm… por ahora no va a ser posible, no tenemos esa vacuna.
-No tenemos… ¿Significa que no la tienen por el momento? … O que ya no la van a tener.
-Que no la vamos a tener, pero puede ir usted al Centro de Salud y ahí se la ponen gratis.

-Muchas gracias, y ahora lo del antígeno, ¿Cuándo me puede dar cita el Dr. Martínez para la consulta?
-Déjeme ver… (Comienza a hojear el libro de consultas del Dr. Martínez) …uhmmm…ya está lleno….ya está lleno…el próximo lunes, eso es, el próximo lunes a las diez de la mañana.
-Bien, eso es dentro de cuatro días, aquí estaré para ver al Dr. Martínez, muchas gracias y hasta el lunes.
-A las diez.
-A las diez.

Don Acrimonio pasa los cuatro días siguientes felicitando a sí mismo por la firme decisión que ha adoptado para tener un poco más de cuidado con su ya bastante estropeado cuerpecito, total y de cualquier manera, a esa edad ya no puede uno trabajarse sin aceite como antaño, por lo que es tiempo de sentar cabeza y hacer las cosas bien, hay que hacer caso a los médicos, aunque sea al final de la jornada.

El lunes muy de temprano, Don Acrimonio revisa su agenda y verifica que a las diez de la mañana debe estar en el consultorio del Dr. Martínez, así que a las 09:55 se apersona ante la enfermera.

-¿Me recuerda? Vine la semana pasada para solicitar un examen de antígeno prostático y tengo cita con el doctor a las diez.
-Ah, sí, cómo no, en un momento lo atiende el médico.

Cinco minutos después, el Dr. Martinez, con una sonrisa se asoma a la puerta y llama:

-El que sigue.

El que sigue, o sea, Don Acrimonio, entra al consultorio. El Dr. Martínez adopta una postura muy profesional y pregunta:

-¿En qué puedo servirle?

Don Acrimonio no concibe que a estas altura el Dr. Martínez no sepa (si ya todo el hospital lo sabe) que lo que desea es un examen de antígeno prostático.

-Sabe Dr., yo vengo para que se me haga un examen de antígeno prostático.

-¿Ya se hizo exámenes para detección de colesterol, glucosa y triglicéridos?
-No, hace ya un buen tiempo que no me los hago.
-Bueno, aprovechando creo que se los vamos a hacer, pues son muy necesarios, le voy a dar una solicitud para laboratorio, la lleva usted y ahí le indicarán cuando le tomarán la muestra de sangre.
-¿Y el antígeno prostático?
-Bueno, eso no sé bien como se está manejando, pero vaya usted al laboratorio y ahí le dirán qué es lo que tiene que hacer.
-Don Acrimonio, que a los setenta años se ha vuelto un viejo impaciente, refunfuñón y cascarrabias que no aguanta nada, sale echando humo por las orejas, pero haciendo acopio del autocontrol que ha practicado en sus clases de yoga infusa, llega a la puerta del laboratorio y extiende la solicitud al enfermero en turno.
-Ah… examen de sangre… ¿eh?... ¿Puede venir pasado mañana muy temprano y en ayunas?
-Claro que puedo venir, pero lo quiero saber es si me van a hacer el examen de antígeno prostático.
-¿Antígeno prostático? … no… eso no lo hacemos en este hospital, tiene usted que ir al del Seguro Social para que se lo hagan… ¿Qué… no le dijeron?

FIN

AUTOR: Gilberto Novelo Rodríguez
PAÍS: México
EDAD: 70 años

Smile / Charles Chaplin

HAIKÚS / Lilia Morales y Mori



Camino De Piedra

Vuela descalza

El camino de piedra

La triste sombra

*

Cristal De Agua

Cristal de agua

Que bebe el espejo

Sed de tu cara

AUTOR: Lilia Morales y Mori
PAÍS: México
EDAD: 63 años

Escena de la Armónica / El Gordo y el Flaco

domingo, 8 de noviembre de 2009

EL CONTRAMAESTRE / Gilberto Novelo Rodríguez



… estoy de paso por el puerto donde permaneceré solamente unas horas y vine a visitarte unos minutos porque el cojo Jaramillo me dijo donde estabas pero nunca imaginé el estado en que te iba a encontrar aunque debí suponerlo porque estoy seguro que tienes ya casi cien años que me parecen pocos mi viejo contramaestre y ahora que te encuentro en estas condiciones no te hubiera reconocido si la monja enfermera no me dice cuál era el número de tu cama y cuando le pregunté qué tienes la enfermera monja me dijo que no tienes nada que no es que estés enfermo sino que solamente es el peso de tus casi cien años los que te tienen así pero a mi me parece que padecieras todas las enfermedades del mundo pues te veo como dicen en el puro esqueleto con esa piel que ya tenías curtida por el sol y la sal marina pero que ahora luce arrugada y marchita como si fuera de un curtido cuero antiguo repujado de venas y tendones que se enredan en los huesos de tus brazos secos y salpicados de llagas que me dicen se te hacen por pasar demasiado tiempo postrado en cama porque ya no puedes moverte a pesar que hace apenas unos años esos brazos fuertes y poderosos estaban llenos de energía y se tensaban al trabajar las amarras de los barcos o al jugar a las vencidas en las cantinas porteñas donde casi siempre salías vencedor y nos invitabas a todos del cartón de cerveza que te habías ganado para después seguir la farra por las tabernas del puerto pero especialmente en El Farol de Salina Cruz donde todavía me parece verte en la pista bailando con Doña Tere la dueña que te quería tan bien y tan bien que te quería que siempre te fiaba todo lo que tomabas esperando que le pagaras al regreso del siguiente viaje porque siempre le decías que le pagarías al regreso del viaje y siempre se quedaba esperando porque nunca le pagabas pero te volvía a fiar y te volvía a fiar Doña Tere la dueña de El Farol la que bien que te quería aunque que nunca le hiciste jalón pues preferiste embaucar a su entenada la Mariquilla y llevártela a vivir a Manzanillo hasta que tu otra señora la de Acapulco se enteró y te armó la gran bronca que sirvió de algo pues estuviste por un tiempo serenito serenito hasta que te hizo ojitos aquella chamaca de Guaymas que se te metió muy duro y de la que me acuerdo como era pero ya no me acuerdo como se llamaba aunque creo que le decían la Piqui y volviste a las andadas haciéndole ganar a todos los que apostaban a que no tenías remedio y que además tenían razón porque eras así y así fuiste toda tu vida hasta ahora que ya no puedes ser más así ni de ninguna otra manera y no es porque estés enfermo sino porque como dice la enfermera monja estás bien sano solo que tienes casi cien años y ya no puedes ni moverte por lo que tristemente ahora tienen que cambiarte de pañales y bañarte y darte de comer casi a fuerzas esa horrible papilla porque ya no tienes dientes para masticar y te la tragas de golpe sin hacer gestos aún cuando en tus ojos semiabiertos tristes y apagados puedo ver que la quisieras escupir pero ya no puedes ni escupir y ni siquiera protestar ni hacer nada para impedirlo ni hacer nada de nada y solo puedes dejar hacer que te hagan y no te queda más que soportar esta humillante y dolorosa situación quién sabe hasta cuando porque ya llegará ese cuando pues sabemos que de esa cama no te vas a levantar aunque estés sano como dice la monja enfermera porque ya tienes casi cien años y al verte así decrépito y llagado parece que la vida te va a negar una muerte digna y que no tendrás mas remedio que morir como te estás muriendo y te vas a seguir muriendo despacito despacito en esa prolongada agonía mientras los que te conocimos cuando eras todo un pícaro independiente y orgulloso nos cuesta trabajo verte ahora supeditado a esas monjas enfermeras y peor sabiendo que estás sano pero solo que te pesan tus casi cien años y creemos que tal vez pienses que hubiera sido mejor haberte muerto hace tiempo ahogado o de bala o comido por un tiburón y no morir sano como lo estás ahora languideciendo de viejo y muriendo lentamente poco a poco sin poder valerte por ti mismo para nada postrado en ese lecho quién sabe por cuanto tiempo más a merced de las enfermeras monjas y tal vez recordando tus buenos tiempos de la vida de mar cuando todavía estabas fuerte y soportabas toda clase de adversidades sin quejarte porque no recuerdo haber oído quejarte nunca aunque en ocasiones parecías muy cansado después de las pesadas faenas en los barcos sin protestar o lamentarte siempre con aquella sonrisa que nunca se apartaba de tus labios así como ahora veo que tampoco te quejas pues aunque quisieras no te puedes quejar porque ya no puedes ni quejarte ni hacer nada sino tal vez solamente recordar y recordar aquellos entonces cuando disfrutabas la vida dándole vuelo a la hilacha cada vez que llegabas a puerto corriendo parrandas que duraban hasta que se te acababa el poco dinero que te quedaba después de mandarle casi todo lo que ganabas a tus cuatitos de Mazatlán y después recurrías a Doña Tere o a otras amiguitas que te soportaban todo porque entonces eras galán y traías de un ala a tantas que ya no me acuerdo cuántas fueron pero de las que fueron todas se te fueron incluyendo a aquellos gemelitos que tuviste con una de ellas y que siempre mantuviste y que llevabas a todas partes cuando estabas en puerto porque me parece que si a alguien quisiste en el mundo fue a esos dos muchachitos que con el tiempo terminaron también perdiéndose en los vericuetos de la vida muellera como también se perdió algún día aquella sonrisa que siempre te acompañaba y te quedaste solo sin saber que se hicieron todas esas mujeres con las que viviste ni donde anden tus gemelitos con los que te divertías de la misma manera que te divertías con toda la marinería a la que siempre hacías reír como en aquella ocasión que recuerdo cuando contabas que un predicador de Ensenada casi te convence de que unas excoriaciones que te salieron en las palmas de las manos y en los pies eran los estigmas de Jesucristo hasta que el médico de a bordo te dijo que eran hongos y con esas puntadas hacías reír a aquellos marineros que ahora nadie sabe donde andarán y quién sabe si se acuerden de ti o si tú te acuerdes de ellos porque ahora yo no sé si es que tengas recuerdos o inclusive no sé si sepas quién soy pues tu expresión no me dice nada y solo quiero creer que me reconoces porque no me has querido soltar desde que llegué apretándome con la increíble fuerza que aún tienes en esas manos enjutas de dedos largos secos y nervudos que nadie que los viera pudiera creer que fueran capaces de apretar tan fuerte y al tener prendida mi mano haces que fluya un caudal de recuerdos de los tiempos aquellos cuando anduvimos embarcados por años y años cruzando mares y mares visitando puertos y puertos y de entre tantos recuerdos me llega ahora aquél de cuando mataron a tu hermano allá por la costa chica los de apellido Santos que ya se traían porque tu hermano había matado al hijo de Audiel Santos que había matado a un primo tuyo por ahí de los años cincuenta aunque ya nadie sabía a quién había matado ese primo pues la huella de las rencillas familiares de la sierra se pierden en los recuerdos de los que todavía están vivos y que saben o que oyeron decir o que están seguros de que alguien de la otra familia había matado a alguien de la suya en esa cadena interminable de venganzas que entretejen la historia de las tierras de Guerrero pero el caso es que cuando te avisaron pediste permiso para ir a su velorio y cuando te habías desembarcado notamos que del pañol de armas faltaba una carabina que devolviste al regreso de tu licencia pero en la que faltaban cinco cartuchos por los que te echaron seis meses en la cárcel donde te la pasabas diciendo que bien valía la pena ese tiempo a salvo de alguno de los de apelativo Santos que quisiera cobrarse deuda pendiente que tuvieras aunque cierto es que gracias a la vida itinerante que llevabas nunca te molestaron como si las cuentas de por allá se saldaran únicamente entre los que se quedan en la sierra porque los que se van a otras partes quedan descalificados para la venganza pues qué chiste tiene ir a matar a un Santos en Los Ángeles si nadie del pueblo se va a enterar así que a ti nadie te fue a perseguir a Mazatlán o a Tampico total que para que si todavía habían otros parientes tuyos viviendo en la costa chica que sí calificaban para venganzas pero eso sí que no volvieras por allá porque te quebraban y al fin y al cabo nunca volviste pues te la pasaste navega y navega de barco en barco y de puerto en puerto hasta que se te acabó la cuerda y cuando te tuvieron que jubilar me dicen que te dedicaste a hacer modelos de barquitos de madera ya que siempre fuiste muy hábil para eso y para hacer cajitas decorativas con nudos de aquellos que nunca supe cuantos sabías hacer aunque una vez oí que eran más de cien aunque no creo que hubieran sido tantos los que nos enseñaste cuando llegamos jóvenes a los barcos y créeme que todavía recuerdo algunos de aquellos nudos que eran muy prácticos y se usaban todos los días y otros que eran como de fantasía muy como para adornos y me dijeron también que hacías veleros y camaroneros y guardacostas en miniatura y que algunos los metías en botellas y los andabas vendiendo por los cafés del puerto y con eso y tu magra pensión te mantenías pero que la vista se te fue cansando y que ya no pudiste ni sostener las herramientas y que te fuiste secando como una pasita y que después ya no podías siquiera caminar hasta que unas manos piadosas te trajeron a este asilo donde estás atendido por unas monjas enfermeras monjas en medio de las cuales vas a terminar la vida tú que nunca trataste ni por asomo a una religiosa sino que siempre anduviste rodeado de aquellas que se consideran su contraparte y que una a una te fueron dejando como ahora yo también te tengo que dejar pues como te dije estoy solo de paso por el puerto y vine a verte unos minutos gracias a que el cojo Jaramillo me dijo que estabas aquí y por eso pude visitarte pero no sé cuando pueda regresar así que me despido y solo espero que te sean leves los dolores de tu postración y de tus horribles llagas pero principalmente deseo que tu mente quede impedida para generar recuerdos porque nunca como ahora entendí aquella sentencia del Dante cuando decía que el mayor dolor que hay en el infierno es el de recordar los tiempos felices estando en la miseria …

FIN
AUTOR: Gilberto Novelo Rodríguez
PAÍS: México
EDAD: 70 años

As time goes by / Película Casablanca / H. Bogart, I. Bergman

jueves, 5 de noviembre de 2009

EL MAGO / Roberto Cruzpiñón


EL MAGO

Estudioso del ilusionismo desapareció, en una reunión familiar, una caja de pañuelos; en un teatro, la jaula y el tigre; frente a una multitud, un automóvil, un avión; después, un tren repleto de pasajeros.

Logró desaparecer el gato siamés de la familia. Entusiasmado, casi sin esfuerzo, desapareció a su mejor amigo, a sus hermanos, a sus hijos, a su esposa. Hizo lo mismo con todos sus recuerdos.

En la cúspide del éxito, desapareció el planeta tierra, las galaxias, el universo.

Fue la fase mas grave de su enfermedad de Alzheimer.


Autor: Roberto Cruzpiñón
País: México
Edad: 76 años

Cinema Paradiso / Secuencia Final

TRES CUENTOS BREVES / Roberto Cruzpiñón


EL FANTASMA

Leyó, compulsivamente, todo lo que los autores escribieron sobre leyendas, misterio, ciencia ficción, horror, asesinatos. Aprendió tarot, conjuros, magia negra, vudú, ritos satánicos. Habita, eternamente, en una casona de un pueblo abandonado, arrastrando cadenas.

EL HIJO NORMAL

El brujo y la bruja se casaron. Tuvieron un hijo al que trataron, en vano, de enseñarle sus artes. La Escuela y la Universidad de Brujos lo expulsaron por inepto. Los padres insistieron hasta el día en que, el hijo, los despedazó con un hacha.

APRECIACIONES


Para él, ella era la encarnación de la divinidad, caritativa, diligente, reservada, discreta: el paradigma de la mujer soñada. Para ella, la viril presencia de él no tenía fin: austero, cabal, caballeroso. Para sus padres, los dos eran la pareja ideal: amorosos, comprensivos, virtuosos. Para los demás, ellos eran unos perfectos hijos de la chingada.

Autor: Roberto Cruzpiñón
País: México
Edad: 76 años

JUAN CARLOS ONETTI / Mentiras

domingo, 1 de noviembre de 2009

CUADRADO MÁGICO DE PALABRAS / Javier Aviña Coronado

Más que asombro, una cierta fascinación ejerce sobre mí el cuadrado mágico de palabras: SATOR AREPO TENET OPERA ROTAS.

Mas aún cuando conocí sobre el significado que se le ha dado con el descubrimiento de la cruz PATERNOSTER.


Hace muchos ayeres que tengo conocimiento de los cuadrados mágicos de números. En buena medida he leído sobre ellos y conocido las maravillosas cualidades de algunos, tan sorprendentes que, como su nombre, parecen cosa de magia, de encantamiento. Muchos, acaso la mayoría, obra extraordinaria de la capacidad del intelecto humano que, con verdadero ingenio, admirable paciencia, férrea voluntad y decisión indomable, los ha resuelto, en épocas y circunstancias exentas del concurso de la tecnología computacional.

Pero hasta que supe de TENET descubrí que puede haber también la existencia de Cuadrados Mágicos de Palabras. ¿Es TENET el único conocido? Declaro mi ignorancia al respecto. Hasta hoy mi incursión por los caminos de Internet no me ha llevado a ninguna playa solitaria de las palabras en que descubra el perseguido Cuadrado Mágico constituido no por números sino por letras.

No descarto que mi aparente fracaso sea por exceso de inhabilidad en la búsqueda o defecto de la paciencia. ¿Y si acaso en realidad no hay más Cuadrados Mágicos de Palabras? Bueno, lo haya o no, un día se me ocurrió la idea de fabricar uno.

La idea se apoderó de tal manera de mis ancianas neuronas, que llegó un momento en que me hacía, con toda lógica, la vida de cuadritos, ciertamente nada mágicos. O si no la vida, al menos el sueño, en que en mis insomnios no saltaban ovejas una tras otra, sino filas interminables de eses, aes, eles, emes, oes, que se arrinconaban, entraban y salían en 25 recuadritos.

Afortunadamente no duró mucho. Un caluroso domingo, a bordo de un vetusto autobús suburbano, proletario medio en que me transportaba del pueblecito en donde vivía a la civilización, se me prendió la bujía. Fue como un destello del big bang transferido a mi escala personal. Allí, ante mis ojos cansados, ante mis neuronas anóxicas estaba –yo lo vi esplendoroso- el buscado Cuadrado Mágico de Palabras.

Este es, y con especial satisfacción lo comparto contigo:



Autor: Javier Aviña Coronado

País: México

Edad: 71 años

Cuadrado mágico de palabras es una obra protegida por Derechos de Autor

JOSÉ SARAMAGO / Second Life

LAS SEÑALES / Lilia Morales y Mori

Las Señales


Repentinas
como las estrellas fugaces
Las señales de luz
Descienden en el delirio
De una duda inquietante.

Son austeras y discretas
Viajeras frágiles
De la memoria sin razón.

Peregrinas llegan candorosas
Y se alejan eclipsadas
como el sol bajo la nube
que esconde el fulgor de los rayos
Incendiando el ígneo calor.

Las señales
De ámbar se visten
De éter se inflaman
De ecos se dicen.
Del tacto nos llaman
Con voces que tocan
Colores de graves espías.

Más la vida
Las pasa de largo
Como sueños que en el viento
Las evoca
Como ríos que en el agua
Las olvida
Como cantos que enmudecen
En el rostro sempiterno
Del glauco cristal
En mis noches profundas
En mis tristes ensueños.


Autor: Lilia Morales y Mori

País: México

Edad: 63 años

Doctor Insólito / Dir. S. Kubrick

AZUL / Lilia Morales y Mori

HOMENAJE AL POETA JORGE CUESTA

Azul
Se disuelve el tiempo
Tormento fermentado
En la alquimia de los siglos.

Azul
Éxtasis por donde fluye el mar sombrío
Prisionero de la soledad
Errante en la celda de tu cuerpo.

Fatuos pasadizos
Que azul enclavan tu melancolía
Como el veneno del cristal
Ardiente y lúcido reflejo
Cuando transpira en la materia
La suprema síntesis del firmamento.

Adormecido bajo el cristal de luz
La piedra se enciende como una antorcha de fuego
Que resplandece inútil
Lacerante
Polvorienta como la crisálida
Que gime en las tinieblas
Del navío que se hace a la mar.

Azul
Como el pensamiento que asume la palidez del cielo
En vértigo extenuante
Los secretos y las cavernas impenetrables
De noches lúgubres
Que tus ojos cansados de sueño contemplaron
En la visión armoniosa
Del espíritu colmado de silencios
Que germinan con la aurora
A la luz del recuerdo
En el lenguaje infinito de tus versos.

Azul
Como el canto a un dios mineral
Que se construye en lo profundo
Del agua adormecida
y se mezcla en la ceniza de los sueños
cuando viaja el rumor de la nube
que el viento dispersa
y yo veo la señal de tu mano
que el tiempo altera
En el agua espumosa.

Azul...
Siempre azul
Líquido cristal.

Autor: Lilia Morales y Mori

País: México

Edad: 63 años

El Viejo y el Mar / actor: Spencer Tracy